Buenos días, amigos 🙂
Hoy vamos a tratar un tema al que llevábamos dándole vueltas un tiempo y que resulta algo polémico. ¿Debemos contar calorías? ¿Es bueno hacerlo siempre o solo cuando se está a dieta? ¿Es mejor no hacerlo nunca?
Pues como todo en esta vida, para nosotros el sentido común nos dará la respuesta: no es todo o blanco o negro. En la escala de grises encontramos las mejores respuestas.
Contar calorías: NO
Porque no debemos obsesionarnos con los números. Hemos conocido a lo largo de estos años a algunas personas que llevaban un control férreo de lo que comían y bebían cada día. De forma que iban sumando las calorías de las raciones para comprobar si se pasaban o no.
Creemos que esto es un exceso. Es un agobio más para la vida estresante que llevamos y pensamos que no es necesario controlar tan milimétricamente esos datos.
Contar calorías: SÍ
Porque debemos ser conscientes de lo que comemos.
Os contaré una pequeña anécdota (no se lo digáis a nadie, esto queda aquí, ¿vale?). Hace unos días fui a la frutería de mi barrio y había una cola considerable. Yo no había podido merendar y ya casi era la hora de cenar… Mientras esperaba me fijé en una de esas estanterías de colores repleta de bollería. Parecía que las raquetas y los pepitos me llamaban a gritos… Y me acerqué a ellos.
Cogí lo que más me llamó la atención (unas ensaimadas muy bonitas) y con remordimiento di la vuelta al paquete para revisar las grasas y azúcares que aportaba cada dulce.
Resulta que cada pieza, en calorías, equivalía a casi dos de mis cenas normales. Y no os cuento el horror que sentí al ver las grasas saturadas y azúcares simples (creo que me subió el colesterol solo de pensarlo)…
Dejé las ensaimadas allí, junto a los pepitos y las raquetas.
Y un rato después cargué tres bolsas repletas de hortalizas y fruta.
CONCLUSIÓN:
Tenemos la desgracia de vivir en un país en donde la cultura nutricional ha ocupado segundos y terceros puestos siempre. Es por eso que muchas personas no valoran la importancia de comer bien, de elegir alimentos sanos y de planificar las comidas y cenas con antelación.
Somos lo que comemos, nuestra salud depende de nuestra alimentación. Por ello os animamos a aprender sobre el tema.
Está bien saber cuántas calorías debe aportar un postre lácteo, o cómo debe ser una cena equilibrada, o saber qué ración de pasta nos corresponde, o cada cuánto podemos tomar una pieza de bollería. Pero no está bien caer en la obsesión.
De aquí a diciembre vamos a escribir una serie de artículos en donde haremos un repaso muy completo a los aspectos fundamentales de la buena alimentación.
Estos serán los puntos a tratar (iremos colocando los enlaces a medida que colguemos los artículos):
Desayuno: que no falte
Almuerzo y meriendas saludables y fáciles
¿Cómo hacer comidas y cenas equilibradas?
¿Sabes cuáles deben ser tus raciones?
Fibra, minerales y vitaminas
¿Por qué nunca hay que dejar de tomar hidratos de carbono complejos?
¿Cuántas proteínas debemos tomar?
Postre: los mejores son…
Si echas de menos algún tema, ¿a qué esperas? ¡Pregúntanoslo! 🙂
Magnífico artículo, me gustaría conocer vuestra opinión sobre el yogur griego y también exactamente qué cantidad de pan hay que comer al día para adelgazar.
Gracias!
¡Gracias, María José!
Y muy buenas preguntas, vamos allá:
– El yogur griego es una opción de lácteo estupenda para tomarlo de vez en cuando. Aporta más grasas que un yogur sencillo por eso comento que lo mejor sería tener un consumo ocasional. Sin embargo han salido al mercado algunas opciones bajas en calorías y en grasas que no están nada mal 🙂
En general si un postre lácteo aporta menos de 100 calorías no tendrá muchas grasas ni azúcares simples y será la mejor opción.
– En cuanto a la cantidad de pan al día: en el mantenimiento, de media, se habla de no superar los 50 g al día entre la comida y la cena. (Si tomamos pan en el desayuno no entraría en esos 50 g.
En la pérdida de peso deberíamos ser un poquito más comedidos. En la comida si tenemos representación de hidratos de carbono complejos en forma de arroz, pasta, legumbres o patata podríamos pasar del pan. En la cena, sin embargo (que no suele haber arroz, pasta ni legumbres) sería bueno tomar uno 20 – 40 g (en función de la persona) de pan para tomar la ración que el cuerpo necesita 🙂
¡Un abrazo!
María.