AUTORA Belén Burgos Panero:


Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad  de Valladolid.

Diplomada en Enfermería por la Universidad de Valladolid.

La lactancia materna se ha
demostrado como la mejor forma de alimentación en los primeros meses de vida. Entre sus numerosos beneficios se encuentra una mayor riqueza nutricional para el niño, con una composición adecuada para
las diferentes etapas de desarrollo; actuación sobre el
sistema inmunológico, con prevención de infecciones y disminución
de alergias; menor riesgo de sobrealimentación; un contacto más cercano entre
madre e hijo; desarrollo mandibular y dental adecuado;
menor coste económico; ventajas en el desarrollo psicomotor

Para la madre, también tiene numerosas ventajas, pues ayuda a recuperar el peso después del embarazo y
la recuperación física es más rápida;
estrecha el contacto con el niño; hay menor
riesgo
de padecer algunos tipos de cáncer;
algunos estudios han demostrado que disminuye la incidencia de depresión
post-parto…


¿Qué nutrientes son más importantes en este
período?
Energía: la lactancia es un
periodo que requiere un esfuerzo metabólico, incluso mayor que el propio
embarazo, y las necesidades energéticas y nutritivas están más elevadas. Esto
no significa que se deba comer en exceso y sin control, ni privarse de
determinados alimentos. No son recomendables tampoco dietas  muy bajas en calorías, ya que, como hemos
dicho, las demandas energéticas están elevadas. Durante la lactancia, el cuerpo
utilizará los depósitos adiposos aumentados durante el embarazo para compensar
este esfuerzo, y esto ayudará, junto con una alimentación adecuada, a recuperar
el peso previo al embarazo.
En general, hablamos de un incremento en la ingesta energética de 500 Kcal/día. En caso de que durante el
embarazo la ganancia de peso haya sido escasa, o el peso durante esta etapa
disminuya demasiado, esta energía extra podría aumentar hasta 650 Kcal/día
durante los primeros 6 meses de vida del lactante.
Proteínas: las necesidades
proteicas también están aumentadas durante esta etapa, llegando a necesitar un
aporte extra de aproximadamente 15 gr/día.
Vitaminas: es importante el
aumento en el aporte de vitaminas A, E,
C, B1, B2
, ácido fólico, niacina
Y, en especial, de la vitamina B12, sobre
todo en las madres vegetarianas que no consumen alimentos de origen animal, por
lo que en estos casos se recomienda suplementar esta vitamina.
Minerales: de especial
importancia es el calcio, que
aumenta sus requerimientos hasta los 1200 mg/día, y el hierro. Aunque este tiene menor importancia porque las pérdidas
menstruales a menudo no están presentes en la lactancia, el aumento del aporte
de hierro, le permite ir recuperando las pérdidas producidas durante la
gestación y el parto. También son relevantes el yodo y el zinc.

Recomendaciones generales
La dieta base para una mujer lactante
es igual que para el resto de periodos de la vida; es importante que sea
variada, equilibrada, y con una adecuada distribución de los nutrientes.
– No hay
alimentos prohibidos como tal durante este periodo; sin embargo, a veces,
algunos alimentos cambian el sabor de la leche o sus propiedades digestivas (espárragos, rábanos, col, coliflor, coles
de Bruselas, embutidos, ajos, cebollas, alcachofas, especias como pimienta,
pimentón, mostaza
…), pudiendo ser rechazada por el niño e incluso
producirle cólicos.
– Es
aconsejable aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitaminas hidrosolubles (verduras, hortalizas, frutas…), para
aumentar su contenido en la leche.
– También es
recomendable beber aproximadamente 1 L de leche
al día, o ingerir suficientes derivados lácteos.
– Es
importante la ingesta de líquidos (agua, zumos, infusiones…) porque, a pesar
de que no influyen en la producción de más leche, ayudan a mantener una buena
hidratación y a reponer las pérdidas. Es conveniente tener un vaso de agua a
mano mientras se da el pecho al niño, ya que suele producir sed, y beber
siempre que se necesite.
– Se pueden
utilizar todas las técnicas culinarias, moderando las que incorporen mucha
grasa, como la fritura, para mejorar
la digestión.
– Se debe
evitar la ingesta de alcohol, porque
además de los efectos perjudiciales para el niño, su elevación en la sangre
materna inhibe la evacuación de leche.
– Evitar el
consumo en exceso de bebidas excitantes como café, té o refrescos con cafeína, ya que pueden pasar a la leche
pequeñas cantidades, pudiendo ocasionar irritabilidad en el lactante.
– En el caso
de madres vegetarianas o veganas que no ingieran alimentos de origen animal, se
deberá intentar aumentar la dosis de vitamina
B12
, con una ingesta habitual de alimentos enriquecidos en esta vitamina:
cereales de desayuno enriquecidos, tofu enriquecido, levaduras de cerveza
enriquecidas… y suplementando cuando sea necesario.
– Evitar el tabaco, ya que la nicotina pasa a la
leche en cantidades importantes, y predispone al bebé a sufrir enfermedades
graves, como el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. La nicotina también
disminuye los niveles de prolactina (hormona necesaria para el mantenimiento de
la lactancia), lo que conlleva una menor duración del período de lactancia.

BIBLIOGRAFÍA
Nutrición y Alimentación
Humana. Tomo II: Situaciones fisiológicas y patológicas
. José Mataix Verdú.
Análisis nutricional
en el aporte del mineral calcio en mujeres con lactancia.
Órgano Oficial de
la Sociedad Latinoamericana
de Nutrición. Vol. 58 Nº4, 2008
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