Iniciamos esta serie de artículos sobre “cultura nutricional” con una pregunta interesante. 
Siempre oímos decir eso de que hay que hacer cinco comidas al día, pero ¿realmente sabemos por qué? ¿Es tan importante como parece?
Pues sí, lo es y por una razón muy sencilla y bonita 🙂
Nuestro organismo está formado por diferentes tejidos: encontramos tejido muscular, óseo, nervioso… etc. Cada uno de estos tejidos está compuesto por células. 
Cada una de nuestras células funciona como una pequeña fábrica en la que se construyen moléculas, se reciclan sustancias y se eliminan los desechos. 
Cualquier fábrica que se precie necesita combustible y materiales para trabajar, ¿verdad? Pues nuestras células no son menos: para funcionar correctamente necesitan nutrientes y energía. 
Esto lo consiguen a través de los alimentos, pues ellos son los portadores de energía (calorías) y de nutrientes (grasas, proteínas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas).
Si nuestras células se encontraran en la situación de no tener energía ni nutrientes suficientes, la maquinaria no funcionaría bien. Y eso a nivel global se manifestaría como: fatiga e irritabilidad a corto plazo, y anemias y otros problemas de salud a medio largo plazo.
Por lo tanto para cuidar de nuestro organismo hemos de darle a nuestras células (que nunca dejan de trabajar, son como hormiguitas) energía y nutrientes necesarios para que hagan su trabajo lo mejor posible.
Para ello hemos de alimentarnos varias veces al día. De esa forma las células recibirán cada cierto tiempo (3-4 horas durante el día) todo lo que necesitan sin llegar a sufrir. 
Cuando uno por ejemplo no desayuna ni toma nada a media mañana, llegará a la comida después de más de 15 horas en ayuno desde la cena de la noche anterior. 
Durante todas esas horas sus células habrán sobrevivido precariamente sin el combustible necesario. El azúcar en su sangre bajará muchísimo, su sistema hormonal se alterará, se notará mucho más cansado, irascible y ansioso que lo normal. 
Y encima, cuando tenga la comida delante, como es lógico, comerá con muchas ganas y seguramente más de lo que necesita. Esta es la razón por la que se suele decir que no desayunar engorda
En definitiva: haciendo 5 o 6 comidas al día repartidas entre 3 y 4 horas entre sí, conseguiremos mantener nuestro organismo en condiciones óptimas para su buen funcionamiento. 
De lo contrario lo estresaremos de forma innecesaria y ello acabará pasándonos factura. 
Así que recuerda: intenta hacer 5 o 6 comidas al día (¡como mínimo 4!). 
¡Hasta pronto!

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