¿Alguna vez haciendo dieta te prohibieron el postre?
¿Alguna vez has dejado de tomarlo por miedo a engordar?
¿Eres tan goloso como nosotros pero no sabes qué tomar para saciarte, disfrutar y no sentirte culpable?
Pues entonces este artículo es para ti 🙂
A finales de septiembre de este año decidimos poner en marcha una serie de artículos que versarían sobre temas diversos con algo en común: todos ellos serían un compendio nutricional. Queríamos dejar claras algunas de las cuestiones que más dudas generan en el campo de la nutrición y la dietética. Y sabemos que sois muchos y muchas los que habéis disfrutado y aprendido con ellos.
Hoy, para cerrar el ciclo, no se nos ocurría mejor forma que hacer un repaso a un tema que nos gusta mucho: los postres.
El postre es la excusa perfecta para terminar la comida o la cena de forma dulce. Es la excusa ideal también para disfrutar de los beneficios de dos clases de alimentos con grandes propiedades nutricionales y muy importantes para nuestro bienestar: los lácteos y -las frutas y frutos secos-.
Aquí os he dado la clave: los mejores postres serán las frutas, frutos secos naturales y los lácteos. Hablemos un poco más de ello, que tiene miga.
LÁCTEOS:
Quizá imaginéis el típico yogur desnatado sin sabor. ¡Pero eso es historia! ¿Habéis visto la cantidad de productos lácteos desnatados y bajos en azúcares que hay hoy en día en el mercado? Algunos son tan ricos que parece mentira sean tan saludables.
Muchas veces me sorprendo revisando la etiqueta que ya he mirado mil veces para constatar que el mousse de chocolate que me estoy tomando no tiene tanta grasa ni azúcares sencillos como me transmiten las papilas gustativas.
Cualquier postre lácteo que aporte menos de 100 calorías será un buen candidato. Con esas calorías el aporte de grasas saturadas y de azúcares sencillos estará dentro de lo normal y no cometeréis ninguna fechoría dietética ni causaréis mal alguno a vuestra salud.
Hablamos de mousses, de yogures griegos, flanes, natillas, yogures con mermelada de frutas, con frutos secos, cereales…etc. Todos ellos desnatados y bajos en azúcares.
FRUTAS Y FRUTOS SECOS:
Cualquier fruta que penséis podréis tomarla. No importa que estéis a dieta o seáis diabéticos. La clave está en el tamaño de la ración: si tomamos un plátano de tamaño medio nos estará aportando la misma cantidad de calorías y azúcares que dos mandarinas. Así que fuera esos miedos antiguos 🙂
En cuanto a frutos secos: todos hemos oído más de mil veces las bondades de los frutos secos. Hagamos un par de puntualizaciones.
1ª: Que sean sin procesar (si revisáis el etiquetado de la mayor parte de los que venden en el supermercado veréis en los ingredientes que llevan grasas (y de no muy buena calidad) porque están fritos). Así que mejor, crudos, como más ricos y sanos son.
2ª: No pasarnos con la ración pues son alimentos altamente grasos. ¿Sabéis que 3 nueces serían suficientes como postre? Más allá de eso, me temo que es vicio (je, je, je). Hablamos de una ración de 15 g. Más de eso sería un exceso.
¿OTROS POSTRES?
Pues sí, pero muy de vez en cuando. Estamos pensando en la bollería, ¿verdad?
Sabiendo que la industrial la pondríamos casi en el último lugar de los alimentos a consumir, vamos a referirnos a la bollería casera: magdalenas, bollos, tartas, galletas, cookies…etc.
Estos alimentos tienen un problema: vehiculizan un montón de calorías en poco volumen. De forma que es muy, muy, muy fácil pasarnos de ración. (Y os lo cuento yo, que soy una golosa oficial.)
La mejor manera de no pasarnos con ellos es doble: hacer esas recetas en ocasiones especiales y no frecuentemente y por otro lado, conocer la ración que nos corresponde.
Aquí os dejo algunas recetas dulces del blog para que veáis qué ración correspondería para el desayuno o el postre de la comida o la cena.
► Crêpes
► Tiramisú
Solo conociendo los datos podremos tomar buenas decisiones para nosotros mismos 🙂
Y de eso se ha tratado este conjunto de artículos: de poner conocimientos básicos sobre la mesa para que podáis tomar las mejores decisiones con respecto a vuestra alimentación. Espero que hoy seáis un poco más sabios y sabias, yo creo que sí.
¡EQUIPAZO!
Muy buenas. Perdonad por tantas preguntas, pero esque esta tan genial que quieres saber más, más y más.
Según lo leído.. ¿puedo tomar yougur o fruta todos los días? ¡Es muy fuerte! Siempre le tenía como miedo al postre, era algo impensable de poder comer a diario. Que si la fruta después de comer engorda, bla bla blá.
Y la pregunta en cuestión… ¿Habría algun inconveniente en tomar CADA DIA yogurt con una chdta de postre de miel como postre (en la comida y en la cena)? O ¿sería mejor dejar la miel para el desayuno y en el postre tomar el yogur natural? Como muchas veces habláis de la frecuencia también no se si cada día sería bueno para bajar de peso o mantenerlo (estoy en el plan 1).
Saludos y mil gracias.
Muy buenos días y… ¡muchísimas gracias por tus palabras! Nos hacen muy felices 🙂 🙂
En cuanto a tu duda, sí!! Y no es que se pueda comer todos los días fruta o yogur, es que deberían tomarse, debería ser una costumbre natural.
Al día se recomiendan unas 3 piezas de fruta (distribuidas como más te gusten: 1 manzana por ejemplo, engorda lo mismo a las 9:00 que las 14:30 o a las 15:30).
Y en cuanto a lácteos, 3 al día sería estupendo.
La opción de tomar un yogur con 1 cucharadita de miel en las comidas y en las cenas es muy buena idea. Junto con el lácteo de la mañana harían las 3 raciones.
Y si por ejemplo para almorzar, merendar y en tu desayuno tomas una pieza, tendrás las 3 que te decía.
Sigue así sin miedo ninguno. Le estás dando a tu cuerpo nutrientes de calidad con cada fruta y cada lácteo 🙂
¡Un abrazo!
María.