¿Te cuesta volver a tu rutina después de las vacaciones de verano? Si la respuesta es “SI”, no te sientas mal ¡¡le pasa a casi todo el mundo!!
Tras unos días de descanso es absolutamente normal sentirnos como si llegáramos de otro planeta. Y es que la palabra clave es “DESCONEXIÓN”: durante los días de vacaciones hemos desconectado el cerebro de nuestras actividades diarias.
Durante el verano hemos dejado atrás actividades rutinarias como ir a la compra, hacer lavadoras, despertar a la hora habitual… Y esa ruptura con las costumbres hace que los primeros días de normalidad nos sintamos perezosos, extraños y sin ganas de hacer nada.
Para vencer esa pereza inicial y sentirnos llenos de energía vamos a proponerte varios ejercicios que puedes comenzar hoy mismo.
1. RECUPERA TU ENERGÍA:
Para ello hay 3 puntos importantes:
- Acuéstate media hora antes de lo habitual. Tras días de acostarte tarde, te costará un poco más conciliar el sueño, y para que no pierdas horas de sueño, ve a la cama un poquito antes.
- Pon tu despertador 15 minutos antes: así tendrás más tiempo por la mañana para ti y podrás mimarte un poquito más.
- Bebe 2 litros de agua al día. La hidratación es fundamental para encontrarnos físicamente bien. Dale la importancia que tiene y ten a mano siempre una botellita de agua para irla tomando a lo largo de tu día.
2. RECUPERA TUS HÁBITOS:
Si no sabes ni como empezar la semana, coge papel y lápiz y hazte un planin.
Anota en cada día de la semana cada cosa importante que tengas pendientes.
Apunta cada detalle: ir al médico, compromisos sociales, días y horas en las que puedes hacer ejercicio…
3. RETOMA TU DIETA:
Esta parte, la que nos ocupa, es fundamental para coger las riendas. Retomar la dieta puede parecer complicado, pero con un par de consejos verás que puede resultar mucho más sencillo de lo que parece:
- Toma tu dieta y haz una lista con todos los ingredientes que vas a necesitas. Antes de ir a la compra, echa un vistazo a tu despensa y tacha lo que ya tengas en casa. Así no lo tendrás por duplicado.
- Recuerda ir a la compra con el estómago calmado! Cuando uno va con hambre al súper mercado, le parecen apetecibles hasta las espinacas 😉
- Hacer tus comidas con o sin antelación. Aquí hay varias modalidades:
- Tenemos personas pueden estar en sus casas la mayor parte del día o al menos en las horas cercanas a las comidas y las cenas. Para este grupo se presenta la opción más bonita: cocinar cada comida y cada cena en el acto 🙂 Sólo un consejo: ¡¡disfruta!! No muchas personas pueden hacerlo!!
- Hay otro grupo que trabaja fuera de casa medio día: para ellos el consejo es que en la jornada libre, hagan la comida y la cena de un día completo. Así, alguien que trabaje de mañanas, tendrá la tarde libre para poder hacer la cena de ese día y la comida del siguiente. De esta forma cuando llegue a casa reventad@ a eso de las 16:00, simplemente tendrá que calentar su comida.
- Y por último, tenemos el grupo de personas que tienen que pasar casi todos las horas del día fuera de sus casas. En este caso, os aconsejamos que busquéis un día en el que tengáis un par de horas libres y las destinéis a hacer el mayor número de comidas y cenas que podáis. Por ejemplo: los domingos de 19:30 a 21:30, podéis meteros en la cocina un ratito y hacer las comidas y cenas de al menos Lunes, Martes y Miércoles. Así os asegurareis de que esos días tendréis vuestros menús listos y esperando por vosotros en casa 🙂
Y lo más importante, está dentro de ti, son las razones por las que decidiste ponerte a dieta.
Cada uno tiene las suyas 🙂
Para tenerlas bien presentes apúntalas en un papel o en tu móvil o en tu tablet, donde lo tengas visible cada día y revísalas de vez en cuando. Te ayudará a mantener el ánimo y a saber por lo que luchas 🙂