Una de las dificultades más frecuentes que nos comentan nuestros pacientes en consulta, es lo difícil que les resulta enfrentarse a las celebraciones constantes en las que abundan alimentos con un mal perfil nutricional y normalmente muy calóricos.
Por costumbre los seres humanos siempre lo celebramos todo con comida y bebida, principalmente porque antes cuando la comida escaseaba el poder comer algo especial, o el que hubiera abundancia de algunos alimentos en un momento dado era realmente una fiesta.
Hoy en día en el entorno en el que se vive en los países desarrollados, la comida abunda, incluso la comida poco saludable y con un alto aporte energético, es muy barata, al igual que los refrescos y otro tipo de productos que podemos encontrar en cualquier sitio y en grandes cantidades.
Además de celebrarlo todo con comida en nuestras casas o cuando salimos con amigos y familiares hay ciertos entornos, especialmente en colegios y hospitales en los que las celebraciones son casi a diario. Tenemos bastantes pacientes que trabajan en sitios así y todos suelen comentar lo mismo, que siempre tienen bombones, pasteles, cada día alguien lleva algo, ya sea por una jubilación, cumpleaños, la vuelta de una baja o cosas que incluso van más allá de lo que puede tener relación directa con en el trabajo y el personal del mismo, como celebrar que el hijo de alguien ha terminado su tesis doctoral, que ha nacido un nieto o cosas así.
Al final, las personas que trabajan en lugares como estos se encuentran con que cada día se celebra algo, y siempre tienen a su disposición alimentos insanos y muy calóricos y gente a su alrededor que los come y muchas veces ellos, que están intentando cuidarse ya sea por mantenerse sanos o por tratar alguna patología, que están intentando incorporar buenos hábitos, bajar de peso, etc, se sienten agredidos.
Sí sí, agredidos, una paciente un día utilizó en consulta esta palabra (agresión) para definir cómo se siente ante estas situaciones, en la que su fuerza de voluntad se pone a prueba todos los días a lo largo de su jornada laboral.
Esto genera un sentimiento de angustia, frustración y culpabilidad cuando al final se sucumbe a comer este tipo de productos. Porque será cuestión de fuerza de voluntad y de entrenarla, de aprender a gestionar estas situaciones pero somos humanos, no superhéroes y en un entorno así es muy triste que toda la responsabilidad de haberlo hecho mal recaiga en las personas que cada día hacen un esfuerzo por intentar hacer las cosas mejor.
Esto último creo que queda muy claro con la siguiente metáfora: si somos torpes por naturaleza es probable que en un camino nos caigamos y sea solo nuestra responsabilidad pero si nos están poniendo zancadillas constantemente es mucho más fácil caerse, hasta el más hábil puede llegar a tropezar. Normalmente cuando alguien está dejando de fumar, a nadie se le ocurre decirle ¡Anda dale una caladita, que por un poquito no pasa nada! Sin embargo cuando alguien esta siguiendo una dieta, no se percibe así, y el por un poquito no pasa nada está a la orden del día y en muchas ocasiones, la gran mayoría, cambiar hábitos de alimentación es también muy importante para nuestra salud.
Además en los casos en los que se padece obesidad a veces no se le da la importancia que realmente tiene tratándose de lo que es, una enfermedad que además suele ir acompañada de otras patologías asociadas, como diabetes, incluso puede haber trastornos de la conducta alimentaria (atracón, bulimia, etc) y no tengamos ni idea, a veces ni las mismas personas que lo padecen lo saben, u otras patologías que impliquen cambios en la alimentación, además de que por supuesto es bueno para todos nosotros llevar una alimentación saludable.
Con el “por un poquito no pasa nada”, o el “un día es un día” (que al final es todos los días y varias veces al día), por el “de algo hay que morir” y frases parecidas, se hace muchísimo daño, se acaba generando mucha culpa y frustración además de que perjudicamos a la salud de otras personas.
Sería muy triste dejar de celebrar las cosas, pero quizás deberíamos intentar poner límites, llevar opciones de alimentos más saludables o cosas que no sean comida, un recuerdo, un detalle, celebrarlo todo un día al mes o cada muchos meses o por lo menos, lo mínimo respetar a quien se esté cuidando. Quizás lo sepas o quizás no porque hay gente que está intentado hacer las cosas mejor pero no lo dice, no da explicaciones, porque parece que cuanto más explicaciones se dan, más boicoteadores salen de debajo de las piedras. Lo mínimo que podemos hacer es no ofrecerle cosas que no le hacen ningún bien, o no comer delante suya.
Como mensaje para familiares, amigos, compañeros de trabajo de aquellos que están intentando cuidarse, lo mínimo es respetar las decisiones de los demás y apoyarles, si de verdad quieres o aprecias a esa persona es lo mínimo que puedes hacer.
Pero no todo es malo, también nos encontramos muchas veces con casos de personas afortunadas a las que su entorno más cercano les ayuda, que no les ponen la zancadilla o piedras con forma de bombones por el camino, sino que le dan la mano y los acompañan, les apoyan e incluso se suman al cambio, a esos los felicitamos porque de verdad saben demostrar su amor y le facilitan mucho las cosas a sus seres queridos.
Espero que los que estéis leyendo esto seáis de los afortunados, y si no es así quizás sea el momento de proponer alternativas para que las celebraciones sean más saludables, quizás también sea el momento de dejar las cosas claras, contando cómo os sentís cada vez que os dicen que por un poco no pasa nada, por que muchas veces no se es consciente del daño que se está haciendo tanto física como emocionalmente.
Todos podemos poner un poco de nuestra parte para mejorar el entorno en el que vivimos y hacerlo más saludable y para eso sobre todo debemos respetar las decisiones de los demás.
Soy Leticia Álvarez Musetti,
dietista-nutricionista y máster en Nutrición Clínica.
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Puedes encontrarme en ALEA Consulta dietética.
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Quiero daros la enhorabuena por enfocar, de una vez por todas, que el llevar una alimentación saludable no es solo cuestión de fuerza de voluntad, comer tales alimentos en cierta cantidad y se acabó. No. No es solo eso. Cuidarse es poner en tela de juicio todas las creencias aprendidas, desaprender viejos hábitos insanos para instaurar unos nuevos más sanos, luchar con nuestra propia conciencia, con los juicios, opiniones y consejos no pedidos de los demás, y por supuesto, concienciarse que es en beneficio propio. Y este proceso lleva muuuucho tiempo cuando llevas todas una vida "haciendo las cosas mal". Así que no solo se trata de seguir un papel con una dieta (ya sea para perder grasa, por alguna patología, ganar masa muscular, etc.), es bastante más que eso. Gracias por estos artículos que abordan el hecho de hacer dieta desde una nueva y añadida perspectiva.
¡Madre mía! Muchísimas gracias por tu comentario. Está repleto de verdades. ¡Muchas gracias!
Y sí, estamos absolutamente de acuerdo con ello: es muy fácil perder unos kilos, o comer mejor el mes antes de la analítica. Pero no se trata de eso. Alimentarnos bien, aprender a tomar buenas decisiones y estar correctamente informados nos hace más libres y más sanos. Es una pena que a veces este tema, el de la nutrición, se frivolice como se viene haciendo desde siempre. Pero nos alegra inmensamente toparnos con personas como tú, que veis las cosas con otra perspectiva.
¡Un fuerte abrazo y muchas gracias por estar ahí!
María.